Desde su estreno, Superman IV: En Busca de la Paz fue duramente criticada tanto por la crítica como por el público. Hasta el día de hoy, no sólo se considera una de las peores películas de superhéroes jamás realizadas, sino una de las peores películas jamás realizadas. Sin embargo, en ella podemos encontrar ciertos aspectos que la podrían haber hecho mejor que Superman III. La trama en el contexto del final de la Guerra Fría, haber reunido de nuevo al elenco de actores (incluyendo a Susannah York para la voz de Lara) y la implicación de Reeve en el guion, son los tres puntos fuertes de la película que no pudieron con lo que implica tener un bajísimo presupuesto para su producción.
y para las carátulas VHS Cacitel (artista Michel Landi), vistos en España.
Personalmente creo que, Christopher Reeve de nuevo está perfecto como Superman. Es verdad que el actor se vio forzado a hacerla. Se había encasillado tanto en el personaje, que no le salían grandes papeles, pero en cierto momento vio potencial en la película, lo que le hizo involucrarse también con el guion.
Los ambiciosos productores de Cannon, llamados Menahem Golan y Yoram Globus, tenían como estrategia comercial el hacer películas por muy poco dinero, de modo que no necesitaban grandes ingresos de taquilla para obtener ganancias. Finalmente, su estrategia dejó de funcionar y se declararon en quiebra en 1994. Tened en cuenta que pensaron que esta película sería su gallina de los huevos de oro para salir de la quiebra. Obviamente, no les funcionó.
El presupuesto original de Superman IV era de más de 30 millones de dólares, pero se terminaría reduciendo a la mitad durante el rodaje. De hecho, los recortes en la película terminada son evidentes, ya que se ahorraron unos 250.000 dólares al replicar los decorados establecidos en las películas anteriores, al filmar toda la película en Inglaterra en un radio de 70 km (visita esta entrada para ver todas las localizaciones), y varios millones en efectos especiales (mismas tomas de vuelo, poderes absurdos como la «visión constructora», etc.). Técnicamente es una de las peores películas que he visto en mi vida. Es innegable que lleva el sello de Cannon Films, un estudio conocido por hacer películas terribles y pagar la carrera cinematográfica de Chuck Norris. Pese a todo es mi «placer culpable», porque crecí viéndola una y otra, y es el motivo de sea un fiel seguidor de Superman.
Parte del intento de Cannon de dominar la industria fue la adquisición de los viejos Estudios Elstree. Superman se mudó del prestigioso Pinewood, perdiendo todas las instalaciones técnicas. Mientras que el personal de Pinewood había dedicado tiempo y dinero a la reproducción precisa de una calle de Nueva York para Superman II, en Elstree se colocaron fachadas de corcho pan fuera de las paredes de su estudio. Incluso la Fortaleza de la Soledad de Superman, que se albergó en el mundialmente famoso Escenario 007 de Pinewood, fue completamente reconstruida a menor escala en Elstree por sólo 3 millones de dólares.
La película se estrenó en Estados Unidos el 24 de julio de 1987, y comienza con una nave rusa que orbita la Tierra con problemas. Un cosmonauta sale a repararla, pero por accidente se suelta y hubiera muerto en el espacio si Superman no hubiese aparecido para salvarlo.
Clark vuelve a Smallville para poner definitivamente en venta la granja familiar. Allí se encuentra de nuevo con el módulo de energía kryptoniano, con un mensaje de su madre biológica, indicándole que el cristal tiene un último hálito de energía kryptoniana, para ser usado en caso de emergencia.
Ya de vuelta en Metropolis, Clark se encuentra con que un magnate de la prensa sensacionalsta, David Warfield (Sam Wanamaker), ha comprado el Planet y desea convertirlo en un periódico de prensa amarilla. La hija de ese hombre, Lacy (Mariel Hemingway), se siente rápidamente atraída por Clark y trata de conquistarlo, mientras Lois (Margot Kidder) hace lo propio con Superman.
Entretanto, un niño, Jeremy (Damian McLawhorn), escribe una carta a Superman pidiéndole que destruya las armas nucleares, puesto que el mundo está al borde de una guerra. El Hombre de Acero se niega porque, pese a que está aquí para ayudarnos, no inmiscuirse en el destino de los humanos. Tras hablar con el antiguo Consejo de Krypton en la Fortaleza, y volar con Lois revelándole su secreto para hacérselo olvidar después con su beso amnésico, decide que no puede quedarse de brazos cruzados y toma parte, dando en la sede de las Naciones Unidas el discurso muy emotivo.
Después de ello, Superman comienza a lanzar las armas nucleares al Sol Esto lo aprovechará Lex Luthor (Gene Hackman), que ha escapado de la cárcel gracias a su sobrino Lenny (Jon Cryer). Tiene el plan de colocar en uno de los misiles ADN de Superman y una computadora para que se encargue de engendrar un humanoide radiactivo: Nuclear Man (Mark Pillow). Llegado el espécimen de Luthor a la Tierra, recibe la orden de destruir a Superman.
El Hombre de Acero es llamado por Luthor a su guarida, donde son presentados y ambos luchan, estando el combate igualado, pero aprovechando un momento de despiste de Superman, Nuclear Man le desgarra el cuello con sus uñas radiactivas, provocando que nuestro héroe caiga sin poderes. Enfermo y envejecido, Kal-El recuerda las palabras de su madre y decide coger el cristal verde para recuperar sus poderes.
Lex ha perdido el control de su Frankenstein. Pero en ese momento aparece Superman recuperado y comienzan a luchar de nuevo en la ciudad, pero tratando de evitar la destrucción, el superhéroe traslada la contienda a la Luna. El engendro de Luthor deja aturdido y enterrado a Superman, y se dirige de nuevo a la Tierra. Allí secuestra a Lacy, de la cual se había encaprichado.
Pero de pronto Superman mueve la Luna empujándola para provocar un eclipse, pues se había dado cuenta de que Nuclear Man necesita la radiación solar constantemente. Derrotado su enemigo, le arroja al reactor de una central nuclear para destruirlo.
Ya de vuelta, Perry White (Jackie Cooper) anuncia que ha comprado el Planet y que ahora él es accionista mayoritario, con lo que Warfield debe marcharse y el periódico vuelve a ser lo que era siempre. Superman da un nuevo discurso anunciando que por más que él haga, el destino del mundo está en manos de los seres humanos.
Narrado de esta forma, casi parece una buena película. De hecho, recomiendo que os leáis el cómic que adapta el film, sin dudarlo es mucho mejor que el propio largometraje. Tras su desastroso estreno en junio de 1987, la cinta sólo recaudó 15 millones de dólares, poniendo fin a la saga original de Superman. Esto incluso acabó con la posibilidad de Cannon de realizar Superman V, con Albert Pyun como director y usando el metraje editado de Superman IV.
La película iba a tener una duración de 134 minutos, pero después de un pase privado se decidió recortar a 90. En Europa tuvimos una versión con un par de escenas adicionales, la del tornado donde aparecen los hijos de Reeve y Gae Exton, y la de la Plaza Roja de Moscú.
Permitidme terminar diciendo que, como muestra del anhelo de muchos fans de ver un corte del director y con unos efectos decentes (del estilo de Superman II: The Richard Donner Cut), existe una versión fan en español (doblaje de 1987) con ciertas modificaciones que merece la pena de ser vista. Ojalá Warner Bros. nos dé algún día una edición oficial restaurada. Mientras tanto, os dejo el enlace a ese fan cut.
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