Someone to Believe In es una obra del autor Kristopher Meadows. Plasma con maestría la imagen de Christopher Reeve como Superman, elevándose hacia el cielo como un símbolo inspirador de esperanza, libertad y justicia, acompañado de la bandera de los Estados Unidos de América. Meadows comenzó su carrera copiando ilustraciones de portadas y paneles interiores de sus títulos de cómics favoritos de DC y Marvel. Se dedicó al retrato a los trece años, influenciado por grandes como John Singer Sargent, Anders Zorn y Joaquín Sorolla.
La pose de Reeve proviene de una de las fotografías que se le hicieron durante el rodaje en Nuevo México, que recuerda a la Estatua de la Libertad. La enseña se presenta sólo con tres pares de rayas y cuatro estrellas, en honor especial al actor que tenía 34 años la última vez que se puso las famosas mallas, en Superman IV.
La pintura original ha obtenido durante mucho tiempo un reconocimiento y elogios especiales entre los fans de Superman, así como del propio Christopher Reeve, el cual tuvo una réplica de la pintura original colgada con orgullo en su propia casa. Sideshow sacó a la venta una serie limitada a 500 copias de esta pieza (la mía es la número 208), impresas en Giclée con un tamaño de 46 x 66 cm.
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