lunes, 23 de septiembre de 2019

Creando una música de otro planeta

«Pa-pa-pan pa-pa-pa-pa-pan» Reconócelo, tú también lo has leído poniendo el sonido de una de las bandas sonoras más reconocidas. Si hay algo que se asocie tanto a Superman como el rostro de Christopher Reeve, son los acordes de John Williams para la banda sonora. Y a partir del material creado por Williams, Ken Thorne, Giorgio Moroder y Alexander Courage hicieron sus adaptaciones para el resto de la tetralogía.

John comenzó su carrera en Hollywood como pianista de sesión en la orquesta de Columbia Pictures, y llegó a la cumbre de su profesión por componer la música a tres éxitos de taquilla: Tiburón, La Guerra de las Galaxias y Encuentros en la Tercera Fase. En el proceso, se le atribuyó la resurrección, casi sin ayuda, de la banda sonora sinfónica que prácticamente había desaparecido en favor del pop y otros géneros musicales. Esta revolución a lo retro coincidió con un cambio radical en el estilo de películas convencionales y funcionó, porque se ajustaba auténticamente a las nuevas películas y representaba un estilo que estaba en la sangre de Williams: la tradición romántica, sinfónica u operística del siglo XIX, tal como se había aplicado en el siglo XX al cine.

Williams también dominaba la música popular estadounidense del siglo XX, desde su experiencia como pianista y arreglista de jazz, influencias que prestan a su trabajo un brillo moderno para adaptarse a las sensibilidades contemporáneas. Uno de los grandes logros de la carrera de Williams, y tal vez también algo misterioso, es cómo un hombre que ha afirmado no tener una conexión personal con los cómics y la ciencia ficción, se ha convertido en una de las figuras más relevantes de esos géneros.


DC Comics Superman: The Album, año 1978.

Nació el 8 de febrero de 1932 en Floral Park, una comunidad de Nueva York que limita con Queens y Long Island. En su adolescencia se mudó a la Costa Oeste, donde se graduó en North Hollywood High School antes de asistir a Los Angeles City College y UCLA, estudiando composición y con la intención de convertirse en concertista de piano. En su regreso a Nueva York se matriculó para estudiar composición en la Juilliard School. Sus experiencias de adolescente arreglando melodías de jazz para su propio grupo, le dieron un trabajo estable en clubes de Nueva York, pero a mediados de la década de 1950 regresó a Hollywood y se convirtió en un músico de sesión de estudio. Además, comenzó a grabar álbumes de jazz y, a fines de la década, comenzó la transición de pianista de sesión a compositor de televisión a tiempo completo.

Comenzó gradualmente a mezclar largometrajes con sus asignaciones para televisión. Entre sus muchos logros, Tiburón devolvió la verdadera música a la conciencia del público. Finalizado el trabajo con Steven Spielberg, el director le llamó para pedirle que fuera a Universal a conocer a su amigo George Lucas. El resto ya es historia del cine…

En los prolíficos años posteriores a Star Wars, Williams volvió a formar equipo con la London Symphony Orchestra en Superman. Hasta el día de hoy, el Theme from Superman, con sus 4 minutos y 24 segundos (versión concierto), sigue haciendo que el público de cualquier edad y cultura se ponga de pie vitoreando. Cuando lo escuchamos, creemos que un hombre puede volar. En 1980, John Williams sería nominado a tres premios Grammy por su trabajo en Superman, ganando por Mejor Álbum de Banda Sonora Original Escrita para una Película o Especial de Televisión, y Mejor Composición Instrumental (por el Prelude y Main Title March).

Williams definía a Superman como «una maravillosa ilustración de una gran idea, un ser que viene de otro planeta capaz de realizar cosas épicas». El mismo afirma estar encantado de que Superman sea identificado por su composición. La música se escucha desde el título principal, y se repite a lo largo de las apariciones de Superman. «Es una especie de rampa de tres compases: y luego, cuando se abre la camisa, escuchas el musical de tres notas Superman».

Nadie estaba más complacido con el resultado que el director Richard Donner, quien escuchó el tema por primera vez en el escenario de composición durante la grabación del título principal. «La música en realidad dice la palabra Superman. Salí corriendo al escenario hacia John y le dije: ¡Genio, eres un genio!», recordaba Donner.



Para el primer CD (1987) se omitieron dos pistas, Growing up y Lex Luthor's Lair, que aparecen en los formatos anteriormente mencionados, a fin de facilitar un solo disco compacto. Recoge por tanto un total de 14 temas. Tres años más tarde, salía a la venta en Japón el CD de la primera película con los 16 temas principales, sin omitir Growing up y Lex Luthor's Lair.

El resto de la música de la película son canciones de famosos artistas, no incluidas en ninguna versión de los álbumes de la banda sonora. Rock Around the Clock, de Bill Haley & His Comets, sonaba en la radio del coche en el que van algunos de los compañeros de instituto de Clark. Esta canción no se usó en la edición de los productores de 188 minutos, en su lugar pusieron una fuente original de John Williams compuesta y grabada para la película, llamada Kansas Kids. Only You de The Platters suena en la radio junto a la cama del adolescente Clark cuando lo despierta el sonido que lo lleva al descubrimiento de su nave espacial en el granero. Esta canción tampoco se escuchó en la versión de 188 minutos, que en su lugar usaron solo estática de radio. Unos segundos de la canción de Supertramp Give a Little Bit, se escuchan en la radio del Ford de Lois Lane justo antes de la escena culminante del terremoto, en concreto se oye la parte que dice «dame un poco, y yo daré un poco de mi vida por ti», que casa mucho con el desenlace del film.


Valla publicitaria en Sunset Strip de Los Ángeles (Estados Unidos), año 1978.

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