jueves, 27 de diciembre de 2018

Sala Phenomena de Barcelona: 40 años de la leyenda que se hizo realidad

Con motivo del 40 aniversario del estreno de Superman: The Movie, he querido ir hoy 27 de diciembre hasta la sala de cine Phenomena de Barcelona (calle San Antonio María Claret 168), lugar donde se ha proyectado (en versión original subtitulada) la edición original del 78 en calidad de imagen 4K. 


Una experiencia inolvidable, acompañado por mi chica (la mejor compañía posible), sobre todo para aquellos como yo que no pudimos ver el estreno del film en los 70.



Siguiendo el hilo de la historia de este maravilloso largometraje, ésta no fue la primera vez que el personaje aparecía en la pantalla grande, así lo comentaba en el prólogo del libro Mariano Bayona. Kirk Alyn desempeñó el papel en los seriales de 1948 y 1950, y George Reeves había aparecido de manera memorable en el largometraje reconvertido en episodios para su posterior serie, pero la repercusión que tuvo la película del 78 no tiene comparación con estas dos versiones.


La idea de la película era muy clara, y se resumió en el famoso eslogan de Andrew Fogelson (ex director de marketing de Warner Bros.): «Usted creerá que un hombre puede volar» ¡Y tanto que lo consiguió! La primera escena en la que vemos a Superman con su traje en la Fortaleza de la Soledad, despegando y atravesando las columnas de cristal, con los acordes de John Williams, aún me produce escalofríos y me dibuja una sonrisa inocente en la cara. Es uno de los muchos momentos en el que está patente la grandeza cinematográfica de esta película. Es pura magia.



Superman: The Movie fue un rotundo éxito de taquilla y ganó el Premio de la Academia a los Mejores Efectos Visuales, y de la misma forma que en los cómics, el Último Hijo de Krypton fue la semilla para las siguientes películas de superhéroes. En mi opinión, sigue siendo la mejor adaptación de acción real del personaje. 

No sólo estamos celebrando el 80 aniversario de la creación de Superman por Jerry Siegel y Joe Shuster, también es el 40 aniversario del lanzamiento de esta épica obra de Richard Donner. A día de hoy, un largometraje de superhéroes es algo muy habitual en las carteleras. Es casi inimaginable, pensar que una película de un personaje de cómic se convertiría en un clásico del cine. Cualquier intento de DC Comics y Warner de llegar a la pantalla grande a su personaje principal, siempre va a estar bajo la sombra de esta película.
Superman se estrenó en España el 5 de marzo de 1979.

Los dos veces ganadores del Premio de la Academia, Marlon Brando y Gene Hackman como Jor-El y Lex Luthor. Una Nueva York reconvertida en Metrópolis, asolada por el crimen a través de la historia de Mario Puzo y el ingenio mordaz del guionista Tom Mankiewicz. Reconozco que, durante años, pensé que Nueva York se llamaba Metrópolis... Pero en el centro de todo está la actuación perfecta del legendario Christopher Reeve. Me atrevo a decir que sigue siendo la decisión de reparto más grande e icónica para una película de superhéroes, cortesía del brillante director de reparto Lynn Stalmaster. Retrata a Superman y Clark Kent como dos personas totalmente diferentes, con un efecto tan grande que parece estar viendo a actores diferentes. Reeve dejó plasmado en su actuación dignidad, diplomacia, sentido de la justicia y compasión. Esas cuatro virtudes proyectaban una sombra más larga que su capa. Es obvio que otro de los padres principales de este proyecto fue Richard Donner, y su enorme equipo de expertos técnicos británicos y estadounidenses. Hay que hacer mención a Ilya Salkind, por haber tenido la idea de hacer la película e invertir capital en ella. Con Superman estaba el riesgo de que terminara siendo como el Batman de Adam West, una especie de comedia que roza un poco lo ridículo por entrañable que nos resulte ahora.



El film relata el viaje del pequeño Kal-El desde el planeta Krypton a la Tierra, su paso por los campos de cultivo de Smallville y la llegada a la bulliciosa ciudad de Metrópolis. Y finalmente su revelación al mundo como Superman. Siguiendo la génesis del cómic de Superman de Siegel y Shuster, la película comienza con la apertura de las cortinas en blanco y negro, con la aparición de un Action Comics ficticio dibujado por Oliver Frey. Continúa con los inigualables créditos en el espacio exterior y el emblema de Superman combinado con un campo estelar y la música de John Williams ¡Coge las palomitas que te enganchas! Momentos después verás Rao, el sol rojo de Krypton, y el propio planeta cristalino acompañado de los llamativos y estupendos modelos del hermoso centro de Kryptonópolis de Derek Meddings, y vemos la cúpula del Consejo Kryptoniano, donde se está celebrando el juicio a Zod (Terence Stamp), Ursa (Sarah Douglas) y Non (Jack O'Halloran). Ésta es la primera vez que presenciamos y escuchamos la voz de Marlon Brando como padre biológico de Superman. La oración que dice Jor-El establece el tono de toda la película «esto no es fantasía», indirectamente está diciendo al espectador que esto no es un cómic, ni estás escuchando un serial para radio, y tampoco estás viendo un dibujo animado. Es para convencerte de algo verosímil, como decía Donner. Los tres criminales serán encarcelados en una prisión interdimensional, conocida como la Zona Fantasma. No sabremos más sobre quiénes eran esos terribles criminales hasta la secuela, pero te da una idea de lo que está por venir.


Nadie en Krypton cree las advertencias fatales de Jor-El. Incluso las leyendas del cine, Trevor Howard, Maria Schell y Harry Andrews no se conmueven con las peligrosas predicciones de Brando. Justo antes de la destrucción del planeta, el sabio científico Jor-El y su esposa Lara (Susannah York) envían a su pequeño hijo Kal-El (Lee Quigley) en una nave espacial. Desde su moribundo mundo hasta la Tierra, mientras Krypton explota en una emocionante exhibición de efectos. 

La nave espacial del huérfano alienígena se estrella en un campo abierto en Kansas. Golpeando tierra firme, Kal-El es descubierto siendo un niño (Aaron Smolinski) por amables granjeros, Jonathan y Martha Kent (Glenn Ford y Phyllis Thaxter). En Smallville, también tenemos un primer vistazo de la joven Lois (Kathy Painter), Ella (Noel Neill) y Sam Lane (Kirk Alyn), pero sus roles no nos serían revelados hasta la versión del director en el año 2001. Tanto Noel como Kirk aparecieron juntos como Lois Lane y Clark Kent/Superman en los seriales de 1948 y 1950. Los Kent adoptan al niño y lo crían como a su propio hijo.




Jeff East interpreta muy bien al Clark adolescente, pero finalmente llegará el momento en que sus poderes generados por la radiación de nuestro Sol sean revelados al mundo. Un día sucede lo impensable: Jonathan Kent sufre un infarto y muere. No mucho después del funeral de su padre adoptivo, el joven Clark encuentra un cristal verde brillante (Módulo de Energía) en la nave espacial que lo trajo a nuestro mundo, escondida en el granero de sus padres adoptivos. Antes de que Clark abandone la granja, hay un momento especial con su madre -puedes pensar lo que quieras, pero las escenas de Smallville son perfectas-. Martha pierde a las dos personas más importantes de su vida casi a la vez. Mi escena favorita de la película es el momento cuando ambos se abrazan en medio del campo y la cámara se va alejando. La llamada del cristal le empuja a ir al Polo Norte, donde descubrirá su herencia kryptoniana. Allí edificará la Fortaleza de la Soledad, un lugar donde se alberga todo el conocimiento de su planeta natal, que será transmitido en su totalidad a Kal-El para poder comenzar su misión en la Tierra. 

Clark regresa a la civilización y llega a la ciudad de Metrópolis, aunque ahora viste un traje azul oscuro y gafas. Es contratado como reportero del periódico Daily Planet por su editor jefe, Perry White (Jackie Cooper). Mientras está allí, conoce al fotógrafo adolescente Jimmy Olsen (Marc McClure) y a la periodista estrella del periódico, Lois Lane (Margot Kidder). Clark se enamora de inmediato de Lois, pero no puede ganarse su afecto adecuadamente mientras está disfrazado de Clark Kent. Sin embargo, cuando Lois coge un helicóptero para ir a entrevistar al Presidente de los Estados Unidos, ésta tiene un accidente y casi le cuesta la vida si no es por la intervención de Superman. Después de una serie de incidentes en los que el Hombre de Acero acude al rescate, Perry White envía a todos sus reporteros a averiguar la mayor cantidad de información posible sobre este misterioso hombre con capa. Lois recibe una invitación para encontrarse con alguien en su casa, firmada solo como «un amigo». Superman aparece en su terraza y comienza la mayor entrevista desde que «Dios habló con Moisés». Él le hablará sobre Krypton, hace muestra de alguno de sus poderes, lo poco que le gusta el plomo y el tabaco, nos quedará claro que el rosa es el color preferido de ambos, y que al contrario de lo que es Peter Pan, esto no se trata de un cuento... Lois se unirá a él en un vuelo sobre Metrópolis, aparentemente para ver qué tan rápido puede ir. Después de su vuelo romántico, el héroe se va volando y Lois se dice a sí misma: «Qué superhombre», luego hace una pausa y dice «¡Superman!», dando así nombre al héroe. 




Mientras tanto, el criminal Lex Luthor (Gene Hackman) tiene la intención de cometer una estafa inmobiliaria de grandes magnitudes, con la ayuda involuntaria del gobierno de Estados Unidos a través del lanzamiento de prueba de dos misiles. Luthor tiene la intención de causar un gran terremoto en California usando los proyectiles, uno de los cuales ha programado para golpear la falla de San Andrés. Originalmente, Luthor no quería que ambos impactaran sobre la Tierra, pero su asistente Otis (Ned Beatty) se equivocó en la programación del primer misil, a lo que Lex decide usarlo como una táctica de distracción: uno irá a  Hackensack (Nueva Jersey) y el otro a la falla californiana. El terremoto hará que la mayor parte de la Costa Oeste se deslice hacia el Océano Pacífico, matando a millones de personas y, al mismo tiempo, haciendo que las vastas extensiones de tierra desértica sin valor que Luthor había comprado en silencio, se disparen en precio cuando se convierta en la nueva costa de los Estados Unidos.



Con la fama de Superman extendiéndose rápidamente, Luthor lo percibe como un problema serio, atrayéndole a su guarida con una falsa amenaza de gasear a la población de Metrópolis. Habiendo logrado captar su atención, atrapa al superhéroe con un trozo de kryptonita que cayó en la Tierra (concretamente en Adís Abeba, Etiopía), lo único a lo que es vulnerable. Sin embargo, Superman logra escapar con la ayuda de la asistente de Luthor, Eve Teschmacher (Valerie Perrine) quien se siente atraída por Superman y asustada por el destino de su madre, que resulta que vive en Hackensack. Superman cumple su promesa y primero desvía el camino del misil de Nueva Jersey, enviándolo al espacio. Mientras tanto, el misil de California golpea la falla de San Andrés provocando el terremoto masivo que Luthor pretendía. La longitud de la falla es devastada por el sismo inicial, pero Superman evita el catastrófico deslizamiento de tierra que Lex pretendía al sumergirse profundamente en la tierra para apuntalar la falla. Sin embargo, las réplicas violentas del terremoto causan daños masivos que crean múltiples desastres. Mientras construye una presa natural con rocas y cantos rodados para detener las inundaciones causadas por la ruptura de la Presa Hoover, Superman se da cuenta de que se ha olvidado de Lois. Ella muere aplastada en su coche en una de las grietas originadas por el terremoto. Superado por el dolor, Kal-El echa a volar hacia el espacio superando la velocidad de la luz, viajando así en el tiempo para retroceder y evitar ese fatal desenlace.


En la escena final, Superman captura a Luthor y a Otis. Ambos villanos son entregados a las autoridades. El director de la prisión agradece a Superman sus esfuerzos, mientras que el héroe objeta modestamente, insistiendo en que «no señor, no me dé las gracias, todos formamos parte de un equipo».

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