A finales de los años setenta y principios de los ochenta, el cine comenzó a abrirse paso en los hogares gracias al auge de los primeros formatos de vídeo doméstico. El VHS, el Betamax y, en menor medida, el Video 2000 en Europa, permitieron por primera vez que el espectador pudiera disfrutar de sus películas favoritas fuera de la sala de cine. Aunque estas primeras ediciones carecían de características adicionales como escenas eliminadas, comentarios o mejoras de imagen y sonido, supusieron una revolución en el consumo cinematográfico. También se empezaron a comercializar ediciones en LaserDisc, un formato más voluminoso y costoso, pero que ofrecía una calidad notablemente superior. En ese contexto, la llegada de la tetralogía original de Superman al mercado doméstico tuvo un impacto especial.
La primera entrega, Superman: The Movie de 1978, protagonizada por Christopher Reeve, se convirtió rápidamente en un título emblemático en las estanterías de vídeo. Su edición en VHS y Betamax fue muy popular y se mantuvo durante años como una de las más alquiladas y vendidas. A medida que se lanzaban las tres secuelas, todas fueron encontrando su lugar en los catálogos de vídeo doméstico, si bien con diferencias notables en calidad de edición.
Primera edición del VHS comercializada en Estados Unidos.
En 1979, WCI Home Video (ahora Warner Home Video) emitió Superman en VHS, Betamax y Laserdisc. Sin embargo, la película se recortó a una duración de 127 minutos a modo de compresión de tiempo, ya que algunas de las escenas sin diálogo se aceleraron y la mayoría de los créditos finales de la película se eliminaron, reemplazándolos por una versión reducida tomada del lanzamiento en 8 mm. Esta reducción de tiempo fue necesaria debido a las limitaciones tecnológicas de los videocasetes de ese momento. La película no estaría disponible sin comprimir hasta 1983.
Póster de la promoción de la primera edición española, año 1984.
Las primeras versiones en VHS y Betamax solían presentarse en cajas grandes de plástico o cartón, con carátulas ilustradas que, en muchos casos, no coincidían exactamente con los diseños originales de los carteles de cine. Las copias no eran remasterizadas, por lo que la imagen y el sonido dependían en gran medida del estado de la cinta y del reproductor utilizado. No obstante, el simple hecho de poder ver a Superman volar en el televisor del salón ya era suficiente para muchos aficionados.
Con el paso de los años, y especialmente con la llegada del DVD en los noventa, las películas de Superman fueron reeditadas en versiones especiales que sí incluían material adicional, remasterizaciones en alta calidad y restauraciones del metraje original. Pero fueron aquellas primeras ediciones en VHS las que marcaron una época. Eran testimonio de una transición histórica en la manera de disfrutar el cine, y el Hombre de Acero fue uno de los grandes protagonistas de esa transformación.