Si hay un accesorio que define a Clark Kent es, sin duda, sus gafas. Ese simple objeto, tan mundano, era la clave para transformar a Superman en un tímido reportero de Metrópolis. Durante años se ha especulado mucho sobre la marca y modelo exactos que llevó Christopher Reeve en las primeras películas de Superman. En Superman IV: The Quest for Peace la cosa está clara: fueron fabricadas por la firma Grant and Glass (Opticians) Ltd. Pero respecto a las primeras entregas, durante mucho tiempo se barajaron varios nombres, desde Anglo American Optical hasta Anne Klein.
Finalmente, el misterio quedó resuelto gracias a una fotografía donde aparece el diseñador Ray Winston junto a un expositor promocional de Superman. Winston era el alma de la firma Sir Winston Eyewear, reconocida mundialmente por haber creado gafas personalizadas para celebridades como Elton John. Ese hallazgo convirtió a las Sir Winston Eyewear en piezas míticas para los seguidores de esta versión de Superman. No son unas gafas cualquiera, son el puente entre la grandeza del superhéroe y la fragilidad del hombre común. Con ellas, se nos hacía creer que el disfraz más sencillo podía ser también el más convincente.
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