lunes, 8 de septiembre de 2025

Nostalgia del cine que hacía soñar

Hubo un tiempo en que ir al cine era una experiencia que empezaba mucho antes de que se apagasen las luces de la sala. Los vestíbulos de los cines eran auténticos templos del séptimo arte, decorados con grandes carteles, vitrinas acristaladas y corchos en los que se exhibían los llamados fotocromos y fotografías de las películas que se estaban proyectando. Aquellas imágenes, cuidadosamente seleccionadas por las distribuidoras, mostraban escenas claves de la película en cartel y servían como un aperitivo visual para el espectador. Eran en cierto modo, los trailers silenciosos de otra época, cuando bastaba con contemplar una instantánea de tu héroe en acción para decidirte a sacar la entrada. Los cines los colocaban en sus pasillos o escaparates exteriores, donde se convertían en el primer contacto del público con la película. Hoy, para los coleccionistas, representan mucho más que simples imágenes promocionales: son auténticas cápsulas del tiempo, testigos de cómo se vivía el cine en aquellas décadas.