En las décadas de 1970 y 1980, las habitaciones infantiles se llenaban de color y fantasía con las figuras troqueladas articuladas de cartón. Estos elementos decorativos —que hoy evocan una profunda nostalgia— eran habituales en las paredes y puertas de los dormitorios infantiles. Se trataba de recortes de cartón impresos con personajes populares, animales o motivos festivos, recortados con silueta y montados con pequeñas uniones metálicas que permitían mover brazos, piernas e incluso cabezas. Esa articulación les daba vida y las convertía en algo más que una simple imagen: eran figuras que se podían «jugar» y colocar en diferentes posturas, alimentando la imaginación de los más pequeños. Entre todos los personajes que protagonizaron estas figuras, Superman fue uno de los más emblemáticos, impulsado por el éxito rotundo de las películas protagonizadas por Christopher Reeve. Su traje azul, la capa roja ondeando y la inconfundible «S» en el pecho adornaban innumerables dormitorios. Estas figuras articuladas permitían recrear las hazañas del Hombre de Acero: volando, salvando el mundo o simplemente posando en la pared como el guardián del cuarto.
martes, 13 de mayo de 2025
El superhéroe articulado que vigilaba desde la pared
Curiosamente, algunas de estas figuras no contaban con licencia oficial de DC Comics. Se presentaban bajo nombres genéricos como «Superhéroe», e incluían emblemas modificados para evitar problemas legales, pero que escondían el verdadero escudo de Superman bajo un adhesivo: bastaba despegarlo para revelar la icónica insignia, en un guiño casi travieso para burlar el copyright.
Estas figuras eran producidas por diversas editoriales y fabricantes de artículos decorativos. Se vendían en papelerías, tiendas de juguetes y mercerías, y a menudo se incluían como obsequios en revistas infantiles o se ofrecían como material promocional en eventos escolares y festividades.
Aunque con el tiempo fueron reemplazadas por otros tipos de decoración más modernos, las figuras troqueladas articuladas dejaron una huella imborrable en la memoria de quienes crecieron en esas décadas. Hoy en día, son objetos de colección buscados por aficionados al vintage y al coleccionismo de artículos retro. Su encanto reside no solo en su diseño y colorido, sino también en la capacidad de evocar una época en la que la imaginación y la creatividad eran protagonistas en la decoración infantil.
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