domingo, 1 de junio de 2025

Cuando los superhéroes venían con merienda

En 2006, la marca española de pastelitos Phoskitos lanzó una promoción que hoy en día se ha convertido en una pieza de culto entre los coleccionistas nostálgicos: una colección exclusiva de mini figuras de PVC inspiradas en la serie animada Justice League de Bruce Timm.

Esta colección, distribuida como regalo sorpresa en los pastelitos, constaba de seis figuras: Superman, Batman, Wonder Woman, Flash, Hawkgirl y Gorilla Grodd. Los cinco primeros representan a los miembros más icónicos del equipo, pero resulta llamativo —e incluso desconcertante— que en lugar de incluir a Linterna Verde (John Stewart) o Detective Marciano (J'onn J'onzz), quienes sí formaban parte del grupo principal en la serie, se optara por Gorilla Grodd, un villano recurrente pero claramente fuera del núcleo heroico. Aunque Grodd tiene cierta relevancia dentro de DC Comics como líder de la Sociedad Secreta y enemigo clásico de Flash, su inclusión en esta colección infantil en detrimento de los protagonistas como Stewart o J'onzz sigue siendo una elección extraña y difícil de justificar desde el punto de vista de fidelidad a la serie.

Las figuras venían precintadas individualmente, y algunas incluían tarjetas coleccionables que añadían valor a la experiencia. Fabricadas en PVC duro, eran resistentes al uso infantil pero también resultaban atractivas para los coleccionistas adultos. Hoy en día, estas figuras pueden encontrarse en plataformas de compraventa como Todocoleccion o eBay, donde su precio varía entre los 3 y 8 euros por unidad, dependiendo del personaje y del estado de conservación. Conseguir la colección completa precintada supone un reto moderado y muy gratificante para los aficionados al coleccionismo de productos promocionales de principios de los 2000. Más allá de su valor comercial, estas figuras representan un vínculo emocional con una etapa muy concreta de la infancia, en la que los superhéroes no sólo eran personajes de acción, sino símbolos de justicia, valentía y compañerismo. La colección de Phoskitos de 2006 no fue simplemente un reclamo de marketing: fue, y sigue siendo, una cápsula de nostalgia con forma de mini figura.

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