Acabo de llegar del Expomanga 2014, un evento celebrado en Madrid donde los amantes del manga y del cosplay se dan cita desde el pasado viernes hasta el domingo en el Palacio de Cristal de la Casa de Campo. Resumiré en una palabra mi experiencia: un desastre.
En principio tenía pensado ir al Salón del Cómic de Barcelona, uno de los mejores eventos del género en España pero me enteré que el gobierno regional cobra a los turistas (incluido turismo de interior) una tasa por visitar la ciudad. Me lo replanteé y, posteriormente, decidí no ir porque el dinero recaudado luego va dirigido a campañas que, por ideología política, no gozan de mi simpatía. Pero sabía que en mi ciudad se iba a celebrar en las mismas fechas el Expomanga, así que no tenía por qué guardar mi cosplay...
Había colgado la capa para meterme en el papel del Ranger Rojo
El ambiente, como de costumbre, ha sido insuperable. La gente con muy buena honda y simpatía. Había mucho más merchandising que en otros eventos japos celebrados en Madrid, todo hacía presagiar una jornada insuperable pero no fue así.
Una de las muchas autofotos (ahora llamadas selfies) que me hice con los asistentes
El problema viene de la mano de la organización -mejor dicho desorganización- de la Asociación Española de Amigos del Cómic. Se han visto superados por la gran cantidad de asistentes y la continua presencia policial para que no se excediese el aforo máximo. Parece ser que aún no se han dado cuenta que esta nueva corriente de neofrikis -seguidores de youtubers como un tal Rubius y jugadores del Minecraft- van en masa a este tipo de certámenes.
Antes de entrar me he encontrado con un par de kryptonianos, los cuales me han dicho que por la mañana habían tenido que esperar de dos a tres horas para poder comprar una entrada. Por suerte, yo he tenido que esperar unos veinte minutos. Traía medio puesto el disfraz del Ranger Rojo (aprovecho para invitaros a hacer me gusta en el grupo de Power Rangers del que formo parte) de casa y al entrar al Palacio de Cristal de la Casa de Campo he notado un calor húmedo insoportable. Aguantar más de una hora con un cosplay ahí dentro es digno de súper humanos ¿¡Cómo coño no ponen aire acondicionado u otro tipo de sistema de ventilación!? ¿¡Están locos!? He presenciado un par de desvanecimientos, restos de sangre en el suelo, asistencia de los servicios médicos... Al ver ese panorama, decidí abandonar las instalaciones ¡Qué vergüenza!
Recojo las palabras de Emilio Gonzalo, director del certamen, pues resaltó que "los lectores de cómic, manga o novela gráfica, están en auge". Parece mentira que aún sabiéndolo, su organización no esté a la altura de lo que ello conlleva. Termino la entrada con un dicho popular: una y no más, Santo Tomás.
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